El Ser humano siempre esta en busca de la perfección y muchas veces se obsesiona tanto con ella que deja de lado lo demás, olvida logros, lo que ha avanzado y aprendido en el camino, se empeña en ser superior cueste lo que cueste. ¿Cuántas veces no nos hemos enfocado más en los errores que en los aciertos?, solemos torturarnos cuando creemos que fallamos y le damos vueltas al asunto una y mil veces pensando donde nos equivocamos, que hubiera pasado si actuábamos diferente, donde estuvo el error; en cambio en los aciertos no acostumbramos celebrarlos los tomamos como obligación y los olvidamos de inmediato.
No vemos estas “fallas” como una oportunidad de crecimiento, sino como algo malo que nos recuerda constantemente que somos seres humanos, que tenemos limitaciones y sobre todo que somos y siempre seremos seres imperfectos.
En la antigua Persia cuando hilaban las alfombras ya fuera el diseño o tejido mas elaborado o el mas sencillo, sin excepción alguna a todas las alfombras les ponían un pequeño defecto, indetectable en muchos casos pero estaba, esto lo hacían para recordar que no existe la perfección, no importaba que la alfombra fuera del mas reconocido tejedor o del diseño mas complicado, la perfección no existe.
Eso es algo que deberíamos recordar mas seguido, estamos aquí para aprender, para crecer, no para ser perfectos, somos bellas piezas que con todo y defectos somos hermosas y cada uno de estas imperfecciones nos hacen únicos y valiosos.
Alejandrina