Autoestima
Hablemos de lo que es el autoestima. Un amigo piensa que es “La valuación que se otorga una persona a si misma en base a la imagen que tiene de su ser”. Mi definición es muy parecida, desde mi punto de vista es cuánto se quiere uno mismo, cuánto se respeta y a qué grado le es fiel a sus principios e ideas.
El autoestima es el mayor aliado y el mayor enemigo que tenemos.
Cuando está de nuestra parte logramos cosas impresionables, imposibles, geniales. Uno se vuelve invencible, ya que la gran protección e impulso que nos da este valor, es la seguridad.
La seguridad nos imbuye a creer en nosotros, a tener motivación en cada proyecto o cada deseo que se pretende lograr.
Es una gran capa protectora que nos aleja de todo el estrés geopático; de los comentarios negativos de otras personas; de los obstáculos de la vida; de los desamores; etc.
Para mantenernos dentro de este rango sería bueno consentirse de vez en cuando. Cada día verse al espejo y decirse palabras de aliento. Siempre que alguien nos intente hacer caer, sostenernos con más fuerza para que su intención sea bloqueada. ¿Cómo hacer esto? Simplemente dejar de lado los comentarios de los demás; saber seleccionarlos, guardando los que nos hacen bien y rechazando cualquier otro.
Todo esto nos lleva a pensar, ¿por qué el autoestima estaría en nuestra contra?
Cuando este valor no se mantiene estable, el autoestima puede convertirse fácilmente en egocentrismo.
Un elevado autoestima crea seres individualistas que solo buscan su satisfacción. Nos vuelve prepotentes, déspotas, necios, narcisistas. Está bien sentirse bien, pero con moderación. Todo en exceso es malo, así sea algo “bueno”.
Para mantenerse estable hay que practicar la humildad. Tenerlo presente, es decir, estar consciente a diario de que todos necesitamos de todos, por más mínimo que sea lo que nos aporta. Nadie es omnipotente y debemos evitar a toda costa caer en ese pensamiento.
También existe el bajo autoestima, el cual en cualquier nivel es malo. Este nos hace ahogarnos en un sentimiento de inferioridad personal, hacia los demás. Nos hace sentir que todo lo que realizamos fracasa; que no tenemos una meta en la vida; que por más que intentemos hacer las cosas de una manera correcta, todo se nos pone en contra.
Para esto se debe realizar mucha introspección, conocerse y empezar a descubrir la fuerza interna de uno. Ya que la encuentras es más fácil valorarte más.
¿Qué puedes hacer para encontrarte y conocerte? Eso ya depende de uno. Existen muchas alternativas como meditaciones, terapias en grupo, ejercicios de autoayuda, etc.
De entrada tienes que saber qué tipo de estima tienes de ti mismo.
Para darte una idea general; podrías empezar haciendo dos listas donde escribirás, en la primera:
¿Qué haces por los demás y por qué lo haces?
Y en la otra:
¿Qué hacen por ti los demás y si tú manipulas de cierta manera para que lo hagan?
Con esto verás si tu autoestima es baja, alta o estable. Si te das cuentas que haces más de lo que recibes, tu autoestima puede ser baja.
Si te das cuenta de que recibes más de lo que das, tu autoestima puede ser alta.
Lo ideal es que conforme recibes, das; y como das, recibes.
Ya que conozcas tu autoestima, es hora de ponerte a trabajar. Sé paciente y lograrás estabilizarte.
Escrito por Rogelio
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