Según las teorías del psicoanalista Carl Gustav Jung os arquetipos se manifiestan a través de nuestras proyecciones, lo que nos permite inferir su presencia. Las estructuras arquetípicas aparecen en el hombre a través de formas determinadas: en las mitologías, en las leyendas, en los sueños, en ciertos deseos colectivos. Los hombres compartimos una serie de experiencias que han quedado, por su naturaleza colectiva, incorporadas en la memoria de la humanidad como patrones de comprensión de la realidad.
Tus Arquetipos Internos
Los Arquetipos están presentes en los cuentos, leyendas y mitos. Pertenecen a todas las culturas y pueblos porque atañen al inconsciente de toda la Humanidad. Despiertan, activan y ponen en marcha un proceso de transformación interna en donde nos es posible comprender mejor nuestros dones y capacidades así como nuestras limitaciones. Conociendo nuestros arquetipos internos, impulsamos la expresión de lo mejor de nosotros mismos en nuestro camino hacia la realización personal.
En todo caso, se trata de hacerse consciente de este proceso que pasa inadvertido. De este modo se establece el control y se alcanza la gobernabilidad de la propia vida. Lo más importante, opina la doctora Shinoda, es que cada uno descubra su propio mito, pues este le llevara a ser y hacer aquello para lo que ha nacido. Una vez descubierto ese esquema básico de existencia en el cual la persona se identifica, es importante potenciarlo.
Aunque haya un dios con el cual se identifique más, también existen todos los demás, asociados a otras partes del yo. Por eso es necesario armonizarlos todos. La toma de conciencia y el desarrollo de estos arquetipos internos que son las diosas y dioses, axiales como su armonización, conducen tanto a la mujer como al hombre a la plenitud psíquica, pues habrá logrado integrar a sus deidades interiores con todos sus rasgos. Cada ser humano es un ser completo, como una bola facetada de cristales que contiene todas las deidades.
Son las imágenes primordiales, los símbolos universales con los que hacemos una conexión con dimensiones de las que no somos conscientes. Son los patrones de energía que expresamos tan espontáneamente como los instintos. Son las máscaras que usamos para representar un papel. Son la fachada que exhibimos públicamente para dar una imagen favorable y ser aceptadas socialmente. Podemos usar diferentes máscaras en diferentes circunstancias, una con la familia, otra en el trabajo, otra con las amigas, etc.
Aunque las máscaras pueden ser provechosas o nocivas, permiten obtener beneficios, igualmente nos podemos fusionar demasiado con una de ellas dejando de lado las demás y no permitiendo que se manifiesten equitativamente todas los aspectos de nuestra personalidad.
Durante las próximas semanas iremos cargando los artículos con cada uno de ellos.
Bendiciones
Jessica
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